sábado, 18 de abril de 2009

LOS CAMBIOS

Bueno, son casi 15 dias de lo que no publico nada.

Como es obvio, ya volví de Chile.

Todavia tengo algunos posts del viaje, que los iré subiendo en estos dias. Permanezcan atentos.

Servirán también para pensar qué hago con el blog. Pero ya tengo un par de ideas que me dan vueltas

Así que sigan visitando esta humilde casa

SAludos

martes, 31 de marzo de 2009

El momento esperado




Viña, domingo, 11:00

Playa Caleta Abarca

Yo, frente al mar.

A mi lado, dos niños pequeños se desvisten para meterse al agua.

Nadie mas.

El sol se abre poco a poco. El viento me levanta la camiseta.

Ahí me doy cuenta que si me mandé tremendo viaje fue para sentir esto.

¿Qué puede ser malo acá?

¿Qué puede ser triste?, ¿Qué mal recuerdo es capaz de vivir ante esta sensación?

Ahora sé que, lo que viene después de este momento mágico, solo es viaje de vuelta

Gracias

lunes, 30 de marzo de 2009

Turismo Careta: el Cerro Santa Lucía

Ahora vamos a dar una vuelta por el cerro Santa Lucía. Esta elevación está en pleno centro de la ciudad y es posible recorrer sus senderos hasta subir a la cumbre, que no es muy alta que digamos.

Todo bien cuidado, las plantas bien regadas y el premio al llegar a la cima es contemplar buena parte de los cuatro cantos de la ciudad.

Está repleto de turistas. Es un punto referencial de la ciudad, qué le vamos a pedir.

Seguro por lo demás, hay que registrarse a la entrada y la presencia policia es constante.

Acá les dejo unas fotos:

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La entrada

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Uno de los senderos

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Vista del centro de Santiago desde (literalmente) la punta del cerro

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Acá no dan puntada sin hilo. Starbucks para los sedientos turistas al frente del parque.

Acá no se andan con tonteras

Aviso al interior de la Catedral de Santiago:

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(Hagan click si quieren ver grande el letrero)

Así, hasta miedo da de alzar a ver

El metro

El metro de Santiago no es tan útil como, por ejemplo, en Ciudad de México.

La línea 1, que va desde San Pablo hasta Escuela Militar (en Las Condes), es la que más me ayuda. Tengo una estación prácticamente al pie del hotel.

Hay una característica que hace único a este metro. Por ejemplo, el precio no es el mismo en el transcurso del día. En las horas punta (acá no les dicen "Horas Pico" porque "Pico" es la forma de referirse al organo sexual masculino) cuesta más: 460 pesos. (70 centavos)

En el Horario Valle (es decir, el intermedio), cuesta 400 (60 centavos) y en el Bajo (el más barato) 380 (55 centavos o algo así). Por respeto a la tradición austera, solo agarro metro en horario bajo.

El sistema es limpio, seguro y puntual. Y no descuida detalles como este:

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Hay ventiladores que rocían agua. Un detalle considerado para el terrible verano de 30 grados que hay en Santiago.

No voy a hablar del fucking Transantiago. Me ha hecho pasar verguenzas, al punto que una vez me tuvieron tanta pena por mi extravío que no me quisieron cobrar. Es un sistema muy complicado.

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La viejita si sabe coger el Transantiago, yo no

jueves, 26 de marzo de 2009

La Piojera

Dentro de mis lugares preferidos de Santiago, está La Piojera.

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La Piojera, entrada.

Desde que llegué, todos los días he venido.

En síntesis,es lo que los chilenos llaman "Picá", los peruanos "Chingana" o en Ecuador "Hueca".

Es decir, un restaurante o bar antiguo, de esos que han sobrevivido exactamente igual desde que abrieron.

Acá hay como tomarse vino tinto, pipeño (fuerte, no me gusta)o chicha (mi favorita). Hay también ponche de culén, con durazno batido, o terremoto, un trago - postre que mezcla vino blanco con helado de piña. El pisco no es de mi agrado.

Queda al lado del Mercado Central, al pie de la estación de metro Cal y Canto, en el centro.

El ambiente es rústico, pero de esa rusticidad auténtica, no forjada.

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Al interior: solo falta que un par de huasos suelten reses para el rodeo.

La clientela es, por lo general, gente mayor o turistas. Y la cueca suena por los cuatro costados.

Luego de almorzar en el Mercado, paso por acá, pongo 500 pesos en la barra y el Moe de ocación me sirve mi vaso de chicha con una rodaja de naranja. Delicioso.

Un par de veces almorcé acá. Medio litro de chicha con dos empanadas de pino. Banquete por 2 mil pesos.

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Las cosas que uno necesita para ser feliz: Un vaso de chicha y una empanada.

Para los desprevenidos: Chicha se llama acá a un resto que queda del vino, de un sabor dulzón.

Es, definitivamente, uno de mis lugares favoritos en Santiago. Es como el Tenampa en Ciudad de México. Cuando estoy allá, todos los días me tomo mi ponche de granada. Eso si, el Tenampa es medio careta.

Infórmense mas en www.lapiojera.cl

Freddy Alava Avenue

Sacado de una calle de Valparaíso:

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Chiste interno para la gente de Ultimitas